Editorial. La cigüeña no ha llegado aun.

«Por San Blas, la cigüeña verás», es el dicho que todos conocemos y que generalmente se cumple. Incluso ha habido años que para mediados de Enero, ya estaban aquí nuestras picudas vecinas en la chimenea de la antigua factoría de  La Margarina. Hoy a 17 de febrero ni rastro de ellas. La primera explicación que buscamos es la segunda parte del refrán que dice «… Si no la vieres, año de nieves «, aunque tampoco ha sido para tanto por esta zona. El asunto es que nuestras entrañables aves, no han aparecido todavía por los cielos borrascoso de Bailén  de este dislocado febrero, que bien se esta ganando su fama de loquillo

La cigueña, dicen los expertos,  es  un ave de buen agüero, anunciadora o precursora de buenas nuevas y símbolo del nacimiento de los hijos. En torno a las cigüeñas se mantiene un curioso aura de fidelidad a la pareja, pues así viven, se esperan y se respetan, aunque entre ellas también surjan disputas y discusiones, algunas incluso graves. Y hasta se les aplica la leyenda de que ellas son las que traen los niños de París. Fábula ésta procedente de Europa Central inspirada en el afán que ponen las cigüeñas en cuidar de sus crías. Es un ave monógama, que se desvive por su familia y prepara su nido durante años con gran dedicación

Cada año  vuelven de nuevo a su nido, al mismo que han ocupado el año anterior. En primer lugar regresa el macho y luego la hembra. Él, fiel a su pareja, la espera un tiempo antes de tomar la decisión de buscar nueva compañía.

¿ Nos habremos convertido en ciudadanos aburridos, desilusionados, rutinarios  y tan  inmensamente indiferentes, que este año nuestras cigüeñas, afincadas en esta chimenea durante años, están retrasando todo lo que pueden su visita? Esperemos que no.  El tiempo lo dirá